Editorial Confluencias publica en castellano esta biografía escrita por Benoît Peeters. Benoît Peeters es el aclamado autor de Tintín y el mundo de Hergé y la última persona que entrevistó al creador de Tintín.
En Hergé, hijo de Tintín nos relata los orígenes de una las figuras más influyentes del siglo xx. A través de entrevistas, cartas y testimonios, muchos de ellos inéditos hasta ahora, Peeters revela los secretos que se ocultan tras Hergé y su gran creación: Tintín. Este libro ha sido traducido por Laura Naranjo y Carmen Torres.
Ampliación………………………………………………………………………………………………
De la mano de Victor Fernández de «la razón» podemos conocer un poco en profundidad el contenido de esta biografia.
El libro nos demuestra que el trasfondo familiar del dibujante no fue ideal. Todo se remonta al 1 de octubre de 1882, cuando ven la luz dos gemelos cuya madre, Léonie Dewigne, es contratada como criada de la condesa Hélène Errembault de Dudzeelle. Dewigne acaba casándose con Philippe Remi, un obrero impresor que reconoció a los dos pequeños hasta el punto de darles sus apellidos. Uno de ellos, Alexis Remi, fue el padre de Hergé, quien renegó de estos orígenes.
Uno de los puntos más interesantes de la investigación de Peteers reside en el nacimiento de Tintín y que liga, de alguna manera, con la familia del dibujante. Su hermano Paul fue la inspiración. «Sus gestos y su comportamiento físico debieron inspirarme sin que me diera cuenta. Se me quedaron grabados en la retina. Yo los plasmaba con torpeza, pero, sin quererlo e, incluso sin saberlo, era a él a quien dibujaba», dijo Hergé a Peteers. «Tintín en el país de los soviets» será la primera aventura y, según Peteers, la peor dibujada, aunque en ella ya aparecen algunos de los elementos que distinguirán al protagonista del cómic más influyente del siglo XX.
El libro desmonta el mito político de Hergé. Si bien se trataba de un autor conservador, formado durante su infancia en los Boy-Scouts belgas y la Acción Católica, demostró en muchas ocasiones un fuerte sentido solidario, aunque se tratara de postura ideológicamente opuestas a él. Así lo prueba una carta enviada al general Lemnitzer, que comanda las fuerzas de la OTAN en Europa, pidiendo que se salvara a un soldado americano detenido tras fugarse de su cuartel en Alemania. Su gesto tuvo suerte, aunque no siempre fue así, como cuando se preocupó por Hector Oesterheld, el guionista de «La vida del Che» y que fue uno de los desaparecidos por la dictadura argentina.
El biógrafo tampoco deja de lado la vida sentimental del artista belga, quien decidió separarse en 1959 de Germaine Kieckens, una de sus más fieles colaboradoras y su novia desde siempre. La sustituirá por una joven ilustradora llamada Fanny Vlamycnk, hoy la heredera del artista y gestora de uno de los legados más importantes del mundo de la viñeta.
¿Quiso Hergé que no se siguiera su obra después de su fallecimiento? El libro nos descubre que «Tintín y el Arte Alfa», el que debía ser el último título de la serie, quedó reducido a unas pocas páginas completadas a lápiz por el artista, así como un extenso guión que redactó el padre del reportero. Uno de los más fieles colaboradores de Hergé, Bob de Moore, confiaba que podría acabar el libro a partir de todo ese material, pero finalmente sólo vieron la luz los apuntes. Nadie pudo tocar ni una sola viñeta y Tintín se quedó sin una nueva aventura…aunque tal vez ahora, puede que se concluya.